Componente genético en las altas capacidades intelectuales 

A veces se oye que las altas capacidades intelectuales están condicionadas por el código genético. Sin embargo, la relación entre ambos no está tan clara ni es tan directa como se piensa.

En los años 70 se creía que el 80% de la inteligencia era heredada, por lo que la alta capacidad (conocida como superdotación en aquel entonces) dependía en un porcentaje muy alto de la genética. En los últimos años, tras diferentes estudios, se señala que aproximadamente el 50% es hereditaria y el otro por ciento depende del entorno y la educación. Por tanto, parece ser que deben darse muchos otros factores, además de la carga genética, para que una predisposición intelectual se manifieste.

“Una alta inteligencia es el resultado de un entorno facilitador sumado a un cerebro receptivo”.

Componente genético en las altas capacidades intelectuales 

La inteligencia, al igual que ocurre con la conducta humana, es un rasgo complejo. Su definición no lo es tanto, pues a lo largo de los años el concepto ha ido evolucionando y se entiende que no es un término unitario, sino que se entiende como la habilidad para aprender, razonar, planificar, resolver problemas, pensar de manera abstracta, relacionar y comprender ideas complejas, así como ser capaz de responder de manera innovadora y/o creativa a las distintas demandas del entorno.

No obstante, no se puede saber con exactitud qué produce las diferencias individuales en cada una de las capacidades descritas; pero sí que es la herencia genética quien pudiera dar forma a cada una de estas competencias. Al respecto, un estudio realizado en 2016 por la Universidad de Glasgow demostró que los genes asociados a las funciones cognitivas se heredan principalmente de las madres. En concreto, sería el cromosoma X el que determinaría, en gran parte, el potencial intelectual. Sin embargo, no está todo tan claro.

Asimismo, un estudio reciente publicado por la revista “Genetic Reference” ha demostrado que los entornos sociales son quienes nos moldean y ponen las condiciones para que podamos alcanzar o no todo nuestro potencial cognitivo. En este estudio, la herencia genética solo determinaría la inteligencia en un 40%.

De esta forma, la alta inteligencia estaría fuertemente influenciada por el medio ambiente.

“Factores como la crianza, la educación, la disponibilidad de recursos en el aprendizaje y la nutrición, entre otros, serían quienes conforman y construyen el potencial intelectual”.

Componente genético en las altas capacidades intelectuales 

Los expertos en neurología suelen señalar que a menudo “sobreestimamos la idea de la alta inteligencia”. A nivel cerebral, no hay un área en concreto que la distinga; no hay una estructura especializada que haga a unas personas más inteligentes que al resto. En realidad, consiste en un sinfín de procesos que actúan en armonía, un mundo sináptico hiperconectado que conforma un cerebro más despierto, sensible y eficaz que el de la media poblacional.

Así, la alta inteligencia puede estar condicionada por los genes, pero también lo está por muchos otros factores que ocurren desde los primeros momentos del desarrollo evolutivo.

Llegados a este punto, pueden surgir algunas preguntas: ¿qué ocurre si mi herencia genética se asocia a una alta inteligencia, pero no he tenido oportunidades en la infancia para desarrollarla?, ¿qué sucede si mi entorno no ha sido favorecedor ni enriquecedor y mi rendimiento académico ha sido bajo?

Un prestigioso psicólogo, Kurt Lewin, padre de la psicología social moderna, realizó un estudio con unos gemelos separados al nacer y criados en diferentes contextos, concluyendo que un ambiente desfavorable, con escasos recursos, influye de manera notable en el desarrollo de la inteligencia. Sin embargo, el potencial no queda completamente mermado por estas condiciones, no si la persona tiene en un determinado momento la oportunidad de enfrentarse o construir un entorno que le permita recuperar ese entorno enriquecedor “perdido”. Asimismo, descubrió que cuando el gemelo criado en un entorno desfavorable tuvo acceso a otro más rico y que facilitaba sus metas, sus capacidades mejoraron, encontrando una motivación y un objetivo acorde a sus intereses.e geético en las altas capacidades intelectuales 

Esto demuestra, a su vez, que el cerebro no es una entidad fija y estable, sino que presenta plasticidad, que sumada a la curiosidad y a la fuerza de voluntad se pueden obtener resultados positivos y exitosos.

Por tanto, si bien nacemos con un porcentaje intelectual condicionado por la genética, otro porcentaje elevado y definitorio pertenece a la influencia de un entorno rico y con recursos disponibles para poder desarrollar todas nuestras potencialidades.

Talentum premiada a la Excelencia Educativa para los alumnos Superdotados y con Altas Capacidades 2021 por la Fundación El Mundo del Superdotado.