En la realidad social que se vive en las aulas se hace evidente la necesidad de adaptar los contenidos a las necesidades educativas del alumnado, lo mismo pasa cuando elaboramos exámenes. El alumnado debe tener la oportunidad de demostrar lo aprendido en pruebas que se adapten a su forma de comprender el mundo y los conceptos.
Muchas veces, con la masificación existente en los colegios crea en el profesorado momentos de ansiedad ante la falta de recursos, con este post tratamos de arrojar algo de luz sobre la adaptación de dichas pruebas para alumnado de Altas Capacidades.
Adaptar exámenes pensando en el alumnado de Altas Capacidades
Albert Einstein ya exponía: “Si juzgas un pez por su habilidad para trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil”. Y es que, ¿realmente somos capaces de reconocer el talento?, o más allá de esta cuestión, ¿somos capaces de abordar el talento?
En la práctica escolar, es habitual encontrar la desatención proporcionada al alumnado con Altas Capacidades, pese a su reconocimiento tanto en la normativa estatal como autonómica como alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE). Sin embargo, no debemos caer en el mito de considerar la existencia de un único patrón de estudiante con Altas Capacidades Intelectuales, ya que existen características muy diversas que podemos encontrar en personas con Altas Capacidades Intelectuales. Sin duda alguna, para la mejor atención para el alumnado con Altas Capacidades Intelectuales se destaca, en primer lugar, la individualización.
Como hemos visto, no existe un único perfil de este tipo de estudiante, lo que implica que no exista una única adaptación mágica que sirva para todo aquel estudiante con Altas Capacidades. En este sentido, el profesorado debe implicarse en el proceso de detectar sus necesidades educativas a nivel de rendimiento académico, desarrollo socioafectivo, capacidad creativa, gustos e intereses, motivación, estilos de aprendizaje, ritmos de estudio, capacidad de asimilación….
La adaptación aportada debe dar respuesta a la realidad única e individual del estudiante, siendo por tanto específica en función de sus capacidades, habilidades e intereses.
¿Cómo se siente un alumno de Altas Capacidades ante un examen?
Intenta realizarte la pregunta de la siguiente manera, ¿alguna vez has pensado cómo te sentirías si tuvieras que enfrentarte a una tarea que para ti resulta repetitiva y accesible, siendo además esta actividad puntuable?
Por ejemplo, imagina que todas las semanas tuvieras que estar repitiendo las diferentes Comunidades Autónomas de España y sus capitales. Quizás la primera vez fuera divertido e incluso tendrías que repasar un poco, la segunda y la tercera podrían suponer un desafío e intentarías batir tus tiempos récords, la cuarta resolverías las cuestiones sin dificultades, pero deletrearías los nombres para entretenerte en las respuestas y la quinta puede que ni lo realizases ante la desesperación de “¿cuándo vamos a cambiar de actividad?”.
Esto es un simple ejemplo hipotético de las múltiples situaciones y sensaciones que puede experimentar el alumnado con Altas Capacidades Intelectuales frente a la realización de exámenes que, pese adaptarse a las necesidades normativas del grupo, no reconocen sus necesidades específicas de aprendizaje.
Según la respuesta del alumno/a frente a la realización de las tareas académicas y los exámenes realizados, la interpretación del profesorado puede ser muy diversa: desde el alumno/a modelo hasta las concepciones de estudiantes rebeldes o vagos con los que resulta imposible lidiar. Sin embargo, el verdadero trasfondo del asunto no es, ni más ni menos, la falta de conocimiento y la desatención al alumnado con Altas Capacidades Intelectuales dentro del contexto escolar.
Necesario para realizar una adaptación
Conocer las capacidades de nuestro alumnado, sus gustos e intereses, nos puede facilitar la tarea de adaptar los exámenes atendiendo a sus capacidades específicas.
- Permitir mayor extensión en la redacción y detalles más específicos y complejos.
- Permitir la elaboración y el desarrollo de respuestas gráficas a través de la incorporación de dibujos.
- Inclusión de ejercicios específicos de mayor dificultad.
- Implementación de actividades que favorezcan la experimentación y la investigación.
- Desarrollo de preguntas que beneficien la metacognición (aprender a pensar).
- Permitir la resolución creativa de los problemas.
- Fomentar la interrelación de los conocimientos entre las diversas áreas.
- Desarrollar la relación entre los contenidos estudiados y su aplicación a los problemas o situaciones de la vida real.
Estas estrategias, entre otras muchas, pueden ser buenas opciones para aquel alumnado que desea poder enfrentarse a nuevos retos. Los límites dependen de nuestra creatividad y originalidad.
En suma, la comunicación y el interés genuino por parte del profesorado es sin duda una pieza fundamental para la adaptación educativa que este alumnado precisa. Preguntar a nuestros alumnos y alumnas qué es aquello que les gustaría trabajar, qué les supone un desafío o incluso cómo les gustaría ser evaluados, son sencillas cuestiones que nos permiten conocer qué espera este alumnado del entorno educativo y a qué le gustaría poder enfrentarse. Una vez más, destacamos el carácter individual de las atenciones proporcionadas y la necesidad de desarrollar un adecuado trabajo de observación y conocimiento sobre el alumno/alumna sus intereses y capacidades.
Conclusiones
Finalmente, entendemos los desafíos que esta atención individualizada implica para el profesorado, pero, es importante recordar que si ofrecemos las oportunidades necesarias para desplegar con eficacia sus competencias y habilidades a aquel alumnado con Altas Capacidades Intelectuales, estaremos potenciando el talento, aportando una recursos educativos individuales, e incluso optimizando la calidad educativa de nuestros centros ya que todo el alumnado saldrá beneficiado de un centro inclusivo.
Asimismo, se recuerda que las acciones educativas deben ser coordinadas e interrelacionadas, asegurando el conocimiento y el trabajo común de todo el equipo docente con el fin de emplear las mismas estrategias en función de las necesidades, intereses y expectativas del alumnado en las diferentes asignaturas.
Bibliografía
Gomez Masdevall, Mª T. y Mir Costa, V. (2011). Altas Capacidades en niños y niñas. Detección, identificación e integración en la escuela y en la familia. Narcea. Madrid